lunes, 5 de enero de 2015

Influencia de la actividad cinegética sobre las poblaciones

Existen dos tipos de fincas, con regímenes de caza distintos, que afectan a la población de ciervos que los habita.

En las fincas abiertas, las poblaciones de estos animales son transitorias, desequilibradas (pocos machos y muchas hembras) y con predominio de edades jóvenes en los machos.
En las fincas cerradas, las poblaciones son permanentes, con proporciones de sexos equilibradas (una hembra por macho) y con presencia de todas las clases de edad.

Machos jóvenes y subadultos de las fincas abiertas presentan un mayor tamaño del harén (debido a que la cantidad de hembras es mayor),  eso determina que el número de puntas rotas es mucho menor, debido a que entre machos el número de luchas desciende para conseguir a las hembras, ya que estas abundan en la población.  En fincas cerradas los machos jóvenes y subadultos tienen pocas hembras, en cambio, los adultos presentan un mayor tamaño del harén. Por lo tanto, el número de puntas rotas es mayor, debido a la gran competencia entre los machos por obtener el mayor número de hembras.


En conclusión, los machos más jóvenes tienen mayor posibilidad de reproducción en fincas abiertas que en cerradas, en las que la edad con mayor posibilidad de reproducción corresponde a machos adultos. El número de luchas es una factor importante en la selección sexual, característica evolutiva importante en este tipo de animales. En las fincas abiertas se pierde la selección sexual por las proporciones de sexos desequilibradas y por el adelantamiento de la época con mayor capacidad de reproducción a edades más jóvenes.


Parece evidente por tanto, decir que la solución se encontraría en encontrar el equilibrio de la proporción de sexos y que la edad media de los machos se aumente en las fincas abiertas, pero a veces existen intereses de otra índole que no permiten que esto sea posible.


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